domingo, 4 de diciembre de 2016

La peluquería

Maricruz tiene un pelo muy feo. En realidad, toda ella es fea y ahora que le faltan las dos palas, mucho más.

Encima, la mentirosa se atreve a inventar que es un foxterrier, ¡hay que tener morro!

Debido a esos pelos feos, sin brillo y que además suelta por toda la casa, ÉL compró una aspiradora de esas que te hacen la casa por su cuenta con el gato encima.

Conchita, se llama, a causa de una mentira de Irenota que mi suegra Maribel aclaró en su momento.

El caso es que ELLOS tomaron la determinación de llevarla a rapar.

La ex Gorda pidió vez en el veterinario, que tiene también servicio de peluquería, pero cuando llegó allí y amenazó de gravedad a la peluquera, esta dijo que ya la habían mordido dos veces la semana anterior y se negó a atenderla. Que digo yo que podría cobrar un plus de peligrosidad y aguantarse, como hace Poti-Poti, que es un profesional que en el curso de Peluquería Canina aprendió más anatomía que en toda la carrera de Veterinaria su novia MLS.

Así que la volvieron a llevar a la peluquería canina... Lo que pasa es que allí no son partidarios de raparla, pese a que era la intención de la ex Gorda. Al final les dijo que vale, que le hicieran stripping si lo preferían y allí la dejó.

La ex Gorda se fue a tomar un café a la plaza del ayuntamiento y allí se encontraba cuando la avisaron telefónicamente de que Maricruz había mordido a la peluquera. Que no pasaba nada porque eran gajes del oficio, pero que se dificultaba la operación stripping, así que harían caso a sus súplicas y la raparían. Al rato la llamaron de nuevo: tampoco se dejaba rapar.

Así que le dieron cita para este miércoles, con la condición de que ella estuviera presente para poder sujetarla.

Ahora, está a parches, pero mucho mejor que antes de empezar a cortarle el pelo, porque en ella cualquier cambio es positivo, ya que a peor no puede ir.


Esta fue su cara cuando apareció la ex Gorda a recogerla, haciéndose la víctima como si no hubiera mordido a nadie, la muy miserable.

A mí me pega cada bocado... y Mapo no tiene pelo encima de la cola de un ñasco que le pegó. No lo deja comer y siempre va a quitarle el comedero que tenga él de una dentellada.

Estará mal decirlo, pero tengo unas ganas de que Dios nuestro señor se acuerde de ellos para quedarme un poquito tranquilo y ser perro único...

Ñiaaaaaaaaaaaaa